“Creo que todos mis compañeros de curso, amigos hasta el día de hoy, sentimos ese orgullo que ciertamente nos hace pararnos frente a la vida con una mirada diferente, que te entrega la formación que recibimos de los profesores, la hermandad que se crea entre los compañeros y el sentido de pertenencia que genera ser de uno de los colegios más tradicionales de Viña del Mar”.

“Fue una experiencia muy especial, pues en el Colegio se entrega una enseñanza íntegra y cercana, los lazos que se forman entre profesores, auxiliares, administrativos y alumnos es casi como un segundo hogar. A eso le agrego el pluralismo que se vive, donde tienes la opción de especializarte y aprender más del área que te guste. El medio ambiente, por ejemplo, que es un tema fundamental para el progreso de la comunidad y donde el colegio ha tomado una buena iniciativa.”

“Para mí el colegio significó una cuna de valores y principios que me han ayudado a formar como persona y profesionalmente. Fue un lugar donde me pude desarrollar en todas las áreas, como pastoral, deporte, debate, scout. Siendo esta última actividad fundamental en mi vida y que llegó a transformar mi estilo de vida. Frase con la que me quedo: “El Hombre vale lo que vale su corazón”

“Este Colegio ha sido la segunda casa de nuestros hijos e hijas. En él han crecido, y se han transformado en jóvenes completos e integrales, valientes y con la convicción de querer aportar a la sociedad de una manera respetuosa y marcada por un sello valórico, que hacen que con orgullo podamos afirmar que, como familia, y en colaboración con el Colegio, hemos hecho un gran trabajo.”

"Hemos vivido muy buenas experiencias estos 7 años, que llevamos participando de la comunidad de los Sagrados Corazones, viendo crecer alegres a nuestros hijos en un colegio que sienten como propio, con una sólida formación valórica y excelentes profesores. Reafirman nuestra decisión de haber optado por pertenecer a esta comunidad".